domingo, 29 de noviembre de 2009

Dos años después

Precisamente fue un domingo como hoy; se celebraba también el mercadillo medieval, pero de esto hace ahora dos años. La concejal socialista Mª Carmen Belchí saludó a Laura Bastida que salía del ayuntamiento, vestida de chándal, cargada con carpetas de documentos. La saludó con naturalidad sin saber el escándalo que iba a estallar en muy pocas horas.

Al día siguiente los totaneros supimos quién nos estaba gobernando; se puso al descubierto una trama de corrupción política, la operación Tótem, que todavía está sub judice pero en la que la Justicia sigue avanzando y esperamos que en poco tiempo llegue a conclusiones que pongan paz y orden en este pueblo que, desde hace dos años, está sufriendo la interinidad política de un alcalde indigno y de unos concejales que lo apoyan, seguidistas y cómplices de la grave situación a la que ha derivado Totana.

Después de que se precipitara la intervención del ayuntamiento, porque ya se habían enterado de que los estaban investigando (alguien se fue de la lengua), los acontecimientos que aquí han ido sucediendo son de extrema gravedad: el alcalde estuvo dos meses en la cárcel (actualmente sigue en libertad bajo fianza); el enfrentamiento entre el núcleo duro en torno a Andreo y el resto de concejales va a derivar dentro de muy poco en una fractura; las prácticas políticas del alcalde no han variado un ápice, de manera que el despotismo, la propaganda personalista y el clientelismo siguen siendo los únicos criterios de gestión política de Andreo; la deuda municipal, lejos de atajarse con unas medidas rigurosas y contundentes, se ha disparado y excede los 100 millones de euros; la inversión y la creación de puestos de trabajo huyen de Totana como de la peste, porque aquí no hay estabilidad política, ni confianza, ni futuro... La economía municipal está al borde del colapso y los responsables de la misma sólo piensan en salvar su compleja situación jurídica, política y probablemente personal también.

Dos años después estoy convencido de que estamos muchísimo peor, de que Totana se ha ido liando cada vez más en la maraña que han tramado éstos que se han acercado a la política sólo para medrar. Pero lo verdaderamente preocupante es que no se ve el fin de este túnel: el enroque de Andreo como única defensa a su situación personal, la pasividad inexplicable de Valcárcel que titubea continuamente, y la cobardía de los concejales del PP que siguen sosteniendo (aunque se odien de forma visceral) a este alcalde indigno, son los factores que impiden "limpiar el cepo", clarificar la situación y empezar a construir desde cero.

Estamos en un tristísimo cumpleaños. Espero que esa luz al final del túnel de la que hablaba antes, no llegue en mayo de 2011, porque para entonces tal vez sea excesivamente tarde y la gravedad de la situación llegue a ser irreversible.