lunes, 8 de marzo de 2010

El tiempo pasa...

Es entrañable escuchar hoy la canción de Mercedes Sosa. Es una maravilla ir creciendo, ir madurando, ir envejeciendo con mi familia, con más ilusiones y más fuerza que nunca, con los amigos, con los proyectos, con la honestidad, con las ganas de cambiar esta Totana nuestra que han llevado al precipicio.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.

En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

Pasan los años,
y cómo cambia lo que yo siento;
lo que ayer era amor
se va volviendo otro sentimiento.

Porque años atrás
tomar tu mano, robarte un beso,
sin forzar un momento
formaban parte de una verdad.

Vamos viviendo,
viendo las horas, que van muriendo,
las viejas discusiones se van perdiendo
entre las razones.

A todo dices que sí,
a nada digo que no,
para poder construir la tremenda armonía,
que pone viejos, los corazones.

Porque el tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.

En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El ejemplo de los políticos

Después de muchos anuncios y advertencias, con los que los socialistas de Totana quisimos evitar la ruina municipal, la catástrofe ha llegado. El alcalde ha anunciado a los trabajadores reunidos en asamblea que se ha tocado fondo, que el pago de las nóminas es muy complicado y que los más de quinientos empleados públicos tendrán que apretarse el cinturón.

Entre las peregrinas propuestas anunciadas por los populares está acortar la jornada laboral una hora, sin remuneración por supuesto, o la de alargar mes y medio más las vacaciones anuales, sin remuneración tampoco. Así mismo les ha planteado abonarles las pagas extraordinarias de 2010 prorrateadas durante el año próximo.

Lejos de asumir cualquier responsabilidad en el asunto, después de siete años al frente del gobierno municipal, el alcalde de Totana adopta el victimismo como salida política a una situación que él y los que le apoyan han provocado. Sin embargo, su maquinaria propagandística ahora se está esforzando en presentarnos al pobre Andreo soportando la conjura socialista-judicial, o la persecución mediático-policial. Nada más lejos de la realidad. El alcalde ha tocado fondo; él es el responsable último de la gestión y en ningún caso víctima u objetivo de persecución alguna.

Ante la dramática situación donde ha llegado la economía municipal es necesario ser contundentes; es preciso tomar medidas urgentes y efectivas que reduzcan el gasto corriente del ayuntamiento. Por eso los socialistas hemos presentado una batería de 23 propuestas clarísimas a los sindicatos y al gobierno municipal para afrontar el asunto.

Durante varias legislaturas el ayuntamiento de Totana se gobernó con la única liberación del alcalde; hoy, a punto de la debacle económica, hay que tomar medidas extremas, por lo que es preciso que todos los políticos municipales liberados renuncien a sus sueldos, que se dediquen a la política por pura vocación, como acto de servicio a la comunidad y no como salida profesional. De la misma manera hay que restringir los sueldos para que ninguno exceda de más de 3.200 € mensuales, se deben eliminar los cargos de libre designación, las indemnizaciones por asistencia a reuniones y las subvenciones a grupos políticos.

También es preciso cerrar los grifos en todo lo que se refiere a coche oficial, a telefonía móvil, publicidad y propaganda, protocolo, comidas, viajes; es necesario eliminar complementos de productividad y horas extraordinarias; es importante que los contratos y encargos externos para asesorías jurídicas, urbanísticas y económicas se resuelvan por los propios funcionarios; es fundamental que se congele la oferta de empleo de personal funcionario y/o eventual.

Ante grandes males, hay que poner grandes remedios. Hoy el gobierno popular en el ayuntamiento de Totana tiene la enorme responsabilidad de dar ejemplo, tienen la oportunidad de enmendar el desaguisado que llevan perpetrando en nuestro pueblo durante las dos últimas legislaturas. Es el momento de devolver la confianza de los ciudadanos en sus representantes políticos; ahora pueden demostrar que lo primero no son los intereses personales, porque el primer cinturón que se aprieta es el de los que nos sentamos en el Pleno. Es la hora de la responsabilidad, de dar la talla y, sobre todo, de dar ejemplo.