martes, 4 de mayo de 2010

¿Debe irse el alcalde?

Después de la intensa semana pasada, donde Andreo tuvo de todo, desde informaciones donde nos presentaban el más genuino estilo mafioso a la hora de hacer política, hasta el alivio con cohetes incluidos por la retirada provisional del cohecho en el TSJ, para terminar con el navajazo de su jefe diciéndole que tiene que buscarse un empleo nuevo, que él ya no lo quiere. Después de esta intensa semana digo, es preciso reubicarnos, replantearnos la situación.

Si Valcárcel le ha dicho públicamente a Pepe y sin ambigüedades, que es un cadáver político en el PP, Andreo tiene que mover ficha, aunque sólo sea por cuestión de supervivencia, de tener unos euricos que llevar a la casa al final de mes. Pero lo primero que cabría preguntarse es si le merece la pena aguantar el año que le queda donde no va a recoger miel alguna y todo van a ser encontronazos, deudas, agujeros que tapar, sonrojos y primeras páginas en los periódicos, dificultades para pagar los sueldos de los trabajadores municipales... para al final terminar como una verdadera piltrafa, denostado por todos (los suyos incluidos). Porque la situación que ya hay en el ayuntamiento de ruina económica, de intrigas y desconfianzas no es un plato apetecible precisamente. Si Andreo permanece en el sillón va a ser un año de estar recibiendo por todos lados, ¿y merece la pena esto aunque sea a cambio de los 3.500 euracos limpios que se lleva cada mes?

Otra posibilidad es, aprovechando el repudio público de Valcárcel, hacer mutis por el foro y decir que si no lo quieren ni en su propia organización, él no es ya nadie allí, y desaparecer discretamente. No sabemos si ha hecho acopio de sustento y de bienes para los próximos años, pero seguro que algún amigo le quedará que le ofrezca un empleo, un trabajico como el que tenemos los demás, de mil y pico euros al mes para ir tirando. Esta posibilidad probablemente no satisfaga sus ínfulas de grandeza pero sí le pueda aportar menos estrés, sí le pueda apartar de las primeras páginas porque ya no será una persona pública, y tal vez le traiga también cierto equilibrio y sosiego personal, que falta le hace.

Así que, aguantar contra viento y marea por el sueldecico, o bien abandonar la nave discretamente. ¿Alguna otra salida? Pues evidentemente está el que los que lo mantienen se armen al fin de dignidad y le planten cara a Andreo; que asuman la responsabilidad que les otorgó la mayoría del pueblo de Totana y pongan orden en el ayuntamiento; que le digan claramente "Pepe, si no te quieres ir voluntariamente, nosotros te retiramos el apoyo", pero ¿queda algún valiente en el corro?

¿Qué posibilidades ves tú?