Según pudimos saber en el último Pleno, a instancias de una pregunta de la oposición, Andreo estuvo la semana pasada en Madrid suplicando a Urbaser que se quede con la concesión de la basura en Totana.
La desesperación del alcalde para intentar ir taponando las vías de agua que hace el barco municipal es tal que se echó incondicionalmente en brazos de la empresa para que fueran ellos quienes pusieran las condiciones, con el fin de que se quedaran con la concesión. Sin embargo ni aun así consiguió convencer a los empresarios.
El problema es que ninguna empresa medianamente responsable y coherente, que conozca los antecedentes de los actuales gestores del ayuntamiento de Totana, va a querer acercarse por este pueblo para nada. Han fracasado en las convocatorias públicas para conseguir que alguien se interesara por la recogida de basuras; están haciendo "invitaciones sin publicidad" para que otras empresas como Eulen se animen a entrar en esta jaula de grillos de los que ellos son los únicos y últimos responsables, sin embargo al alcalde le dan con la puerta en las narices.
El gran problema es que están vendiendo Totana a precio de saldo; para salvar sus intereses personales, están poniendo en riesgo el futuro y el desarrollo de este pueblo, están pisoteando el buen nombre de este pueblo al ponernos en el top del ranking de morosidad, deuda y falta de confianza.
No voy a entrar aquí en menudencias de que si se fue con 1.000 € de dietas en el bolsillo cuando hay tanta gente a la que les debe dinero, ni si se fue con chofer-guardaespaldas y cochazo oficial: él sabrá de sus parafernalias, sus incoherencias y sus delirios de grandeza. El caso es que ha hundido a Totana hasta las cejas y que la situación es gravísima y lo seguirá siendo, gracias a su pésima gestión, durante muchos años.
