domingo, 13 de diciembre de 2009

Se acabó la instrucción

Pues sí, parece ser que con la declaración del tal Ovide ha concluido la instrucción del caso Tótem en lo que a la Audiencia Provincial se refiere, porque no hay que olvidar que hay otra rama en el Juzgado Nº 1 de Totana. El otro día decía un amigo mío que la Justicia es como una apisonadora: lenta (demasiado lenta la mayoría de las veces), pero demoledora e insobornable. Y así esperamos que ponga las cosas en su sitio en este pueblo nuestro, donde a los presuntos delincuentes no se les ha movido ni un pelo, donde tienen la desfachatez de seguir presidiendo los acontecimientos y los momentos entrañables como si el escándalo que han montado no fuera con ellos. Esta mañana me decían algunos ciudadanos que les daba vergüenza ir detrás de quien encabezaba la comitiva ciudadana; porque no se sienten representados; porque hay que tener respeto y vergüenza política hacia los vecinos, y lo que aquí ha pasado es muy gordo.

Esta mañana, en la ofrenda de flores a La Santa, era significativo ver cómo dos trabajadoras del gabinete de propaganda del alcalde cubrían el servicio y tenían que hacerle foticos desde todos los ángulos; eso sí que lo ha aprendido bien el imputado y lo lleva a rajatabla; si su norma fundamental es "no fiarse ni de su sombra", en los asuntos de imagen está totalmente abandonado en los brazos de su enchufado, y el control mediático sigue siendo férreo, aunque debiera saber el cartagenero que el mundo no se acaba en Andreo, y que está jugando muy sucio, que está haciendo política partidista y no institucional; él, que me sigue con asiduidad, coincidirá conmigo en que es funcionario del ayuntamiento, no del alcalde; por lo que su sectarismo dice muy poco de su profesionalidad.

En fin, que hoy pasamos hoja de las fiestas para centrarnos dentro de una semanica en las de Navidad. Y éstas se pasarán volando, y la Justicia (aunque nos hayan querido vender otra cosa) será implacable en su avance para asignar responsabilidades sobre el mercadeo de este pueblo; y entonces no servirán de nada ni los funcionarios maquiavélicos, ni las operaciones de imagen, ni el enroque en el sillón de estos carotas. Vamos a darnos tiempo para que cada uno quede por lo que es.